Mural conmemorativo: No hay presente ni futuro sin memoria
FOTO: vitoriayvitorianos.com
El 3 de Marzo de 1976 ocurrieron los conocidos como "Sucesos de Vitoria" 5 personas muertas, 150 heridos de bala y cientos de heridos y contusionados tras una carga policial contra una asamblea obrera que se celebraba en el interior de la iglesia de San Francisco
. Hechos que han dejado una profunda marca. Las circunstancias merecen atención: Primer gobierno de la monarquía 4 meses después la muerte de Franco, situación económica crítica con la inflación desbocada, negociaciones laborales dentro del sindicato vertical, empobrecimiento. Había trabajo, pero eran trabajos precarios que obligaban a tener dos o tres trabajos para mantener una familia, complementar los ingresos familiares con "pupilos" en las casas, horas extraordinarias obligatorias, etc.
Es muy preocupante el parecido de esta situación a la que estamos tendiendo en los últimos años. En unos pocos años hemos pasado de que el término "mileurista" fuera algo terrible a considerarse un privilegio; de asumir instrumentos de protección social como la REGI (Renta de Garantía de Inserción) basada en el Salario mínimo interprofesional y que no se ha actualizado, a que la ayuda social sea superior, en casos, a los ingresos por trabajo. Esta situación alimenta sentimientos xenófobos, inestabilidad social y provoca riesgos inasumibles.
Esta situación que empieza a parecerse a aquella que dio lugar a los Sucesos de Vitoria, es consecuencia de cambios normativos: de la Constitución, reformas laborales (ver también reformalaboral.com) que cumplimos con devoción democrática y que favorecen a unos pocos en perjuicio de la inmensa mayoría.
(La brecha entre ricos y pobres aumenta un 30% desde que comenzó la crisis).
Y la coincidencia de las personas que dirigen la economía mundial en Bilbao el día 3 de Marzo. A los "locales", nos parece feo que la cumbre se celebre en Bilbao, que sea el 3 de Marzo y que sea con los 15 muertos de Ceuta aún calientes y sin explicar. Sin embargo, la noticia de los "disturbios" de Bilbao llenan la prensa y alarmados comentarios de tertulianos varios. Escuchamos a menudo "No sé como aguantamos", "Esto tiene que estallar" y, cuando vemos estallidos callejeros, nos rasgamos las vestiduras.
Nuestra clase política, totalmente entregadas a los interese de los señores que se reúnen en las cumbres estas, y van allí como alumnos aplicados a enseñar sus pulcros deberes: reformas económicas, privatizaciones, recortes, etc. etc. ante exigentes personas interesadas en aumentar sus beneficios a costa de las vidas de los ciudadanos.
Y ¿Qué pasó el 3 de Marzo en Vitoria?
En Vitoria nunca pasaba nada. En los años 70 no había conflictividad laboral como en Vizcaya o Guipúzcoa. Era una tranquila ciudad de curas y militares en la que nunca pasaba nada. Y de repente pasó. ¿Y por qué pasó?
Una de las razones, según señala Rivera, era la falta de liderazgo político y sindical en el movimiento obrero local durante el conflicto. Una carencia de siglas que hubieran facilitado pactos. Los movimiento asamblearios asustan mucho al poder establecido (porque no están controlados por siglas políticas o sindicales) proclives al pactismo. (3 de Marzo, 15M, monte Gurugú)
El riesgo de contagio del conflicto, de donde nunca pasa nada, como en Burgos años después, a otros lugares, alarmó a las autoridades.
Y una pregunta: ¿Que hay que hacer para que nuestros políticos, estos u otros, presten atención y den respuestas a las personas que se manifiestan por las calles?
¿Cómo es posible, que habiendo miles de personas manifestándose, a diario, por las calles, modifiquen la Ley de Seguridad Ciudadana para limitar un derecho constitucional?
Algunas características tercermundistas son: autoritarismo, restricciones a las libertades, corrupción, crecimiento de la burocracia y de los casos de abuso de poder, ineficiencia, la aparición de monopolios, endeudamiento público, la corrupción ... Este país empieza a aproximarse, peligrosamente, a unas cuantas de ellas.
Y todo esto no es consecuencia de la crisis económica, es consecuencia de que unos pocos, que se reúnen en foros económicos mundiales, están llevándose lo que nos pertenece a todos:
- INFOLIBRE.ES: La Renta de Oligopolio del sector financiero desde 2000 a 2009 fue de 42.622 millones de €, un 4,2% del PIB (PDF)
- ELPAIS.ES: 85 ricos suman tanto dinero como 3.570 millones de pobres del mundo
- ELPAIS.ES: Élites extractivas.
Las élites extractivas de un país, según los economistas citados, son aquellas que se apartan de la obtención del bien común y dedican sus esfuerzos a su propio bienestar y al del grupo al que pertenecen. Las instituciones extractivas concentran el poder en manos de una élite reducida y fijan pocos límites al ejercicio de su poder. Estas élites elaboran un sistema de captura de rentas que les permite, sin crear riqueza, detraer rentas de la mayor parte de la ciudadanía en beneficio propio. (...) en España ha adquirido un carácter restrictivo, pues se está haciendo una equivalencia de élites extractivas y clase política
(JOAQUÍN ESTEFANÍA 16 JUN 2013)
- Podemos hablar, hablar de la situación política y económica.
- Podemos exigir a nuestros gobernantes transparencia, cumplimiento y honestidad.
- Podemos organizarnos: en asociaciones, agrupaciones, partidos políticos, cada quien donde mejor le parezca.
En resumen: Los "MALOS", son los que, con buenos modales, sonrisas y deslumbrante elegancia, cambian las reglas del juego en su propio beneficio porque olvidando el bien común, perjudican a todos, a la mayoría.
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